El aire del ventilador provocaba el ardor de garganta que tenia, habían almohadas tiradas por todo el piso, mi cama estaba alborotada, y sobre las sabanas... fotos, todas nuestras fotos, las que desde hace semanas no dejo de mirar.
Me levanto torpemente, apago todo y pienso en que debo bajar por un vaso de agua, me arde demasiado la garganta, todo se ve borroso, no se si es porque sigo medio dormida o porque tengo los ojos hinchados de tanto llorar. Bajo despacio, siento que me caigo, comienzo a creer que no fue buena idea, que con lo torpe que soy me puedo matar bajando unas gradas, pero regresar sería una tontería, ni siquiera me molesto en encender las luces, conozco perfectamente mi casa.
Al fin la última grada, me arde respirar, arrastro los pies hasta la cocina, ahora lo que mas quiero es regresar a mi cama, abro el refrigerador y pienso en que es una tontería querer tomar agua fría, la luz del refrigerador es lo único que ilumina el lugar, me sirvo en un vaso y mientras siento como el agua calma un poco el malestar noto que hay algo extraño, algo fuera de lugar, el corazón me late de prisa, pienso en que ya estoy muy mal, volteo y ahí estas tú, mirándome...
Chio Ovilla
ohh!!
ResponderBorrarSabías que escribes muy bien tus historias, me gusto aun cuando este estilo no es de mi particular agrado.
Pd: Despues de llevar tanto tiempo sin escribir, pareciera que fuiste iluminada por inspiración divina xD