12/31/2021

Gracias por todo 2021

¡Adíos 2021!...



Como ya es tradición, intento escribir un post cada que termina un año... ya lo había mencionado anteriormente, pero, este blog me sirve de manera personal como una manera de verme reflejada a través del paso del tiempo. En particular, los post de año nuevo son muy lindos de leer (para mi obviamente), ya que al ser una fecha en concreto es como leer a mi yo de hace 365 días, lo que esperaba del año que estaba a punto de comenzar y el cómo percibía mi paso por el año que terminaba. 

El 2021 fue un buen año. Eso es muy fuerte de decir, ya que seguimos viviendo una pandemia y el miedo a contagiarme o que mis seres queridos se contagien sigue ahí. Sin embargo, creo que este año me siento un poco más preparada para enfrentarme a un enemigo invisible (como lo es el virus), y he comenzado a adaptarme más a esta "nueva normalidad" y no solo estar enojada por todo aquello que no se puede hacer. 

Este año cumplí los 29, mi último año antes de los 30´s y me siento bien, cada vez se acerca más la fecha de "subir ese tercer escalón" y cada vez me siento más empoderada. También, mi pequeñito cumplió los 4 años, podría decir que a estas alturas de la vida ya es todo un niño y para nada un bebé. Pero si hubo un cumpleaños que me sorprendió, ese fue el de mi mamá, quien por años (literalmente) nos había ocultado su verdadera edad y solo por la vacunación anti COVID nos enteramos que cumplía 60, lo que ameritó que cumpliera una de las cosas que había querido hacer desde hace años, que era llevarle una serenata. 

En cuanto a lo que más deseaba el último fin de año, pues todo sigue igual pero diferente a la vez. No me he movido físicamente, pero mentalmente estoy en otro extremo. Siento un cambio abismal de cómo era todo el año pasado (al menos mi sentir y actuar) a cómo es ahora. Las crisis de ansiedad y de estar triste todo el tiempo han disminuido mucho y creo que tengo un mejor control en ese sentido. 

Este año sucedió lo que, por comodidad, denominaré "el incidente en la playa". Realmente lamento mucho lo que sucedió porque creo que, al menos, un corazón se rompió. Pero siento que ahora me tiran menos a loca (o así me sentía a veces) y comprenden mi enojo, frustración, desesperación, etc. 

Por otro lado, este año compramos un carro, obtuve mi licencia (en la historia más rara del mundo (por supuesto exagero)) y aprendí a manejar. También, este año mi Abel comenzó a ser director de su centro de trabajo (no del mismo del que lo fue anteriormente) y aunque no siempre lo acepte sé que le encanta. Y Abelito comenzó al entrenar Taekwondo (a la fecha ya es cinta amarilla así que es un gran logro).

Por cierto, había dicho que este año tenía tres cosas pendientes: hacerme el papanicolau (ya me tocaba), comprar lentes nuevos y sacarme el tercer molar que me molestaba. Así que adivinen... ¿quién sigue muy sana, ve mejor y tiene cuatro muelas menos? 

Este 2022 Abelito comenzará a ir al kinder de manera presencial, Abel y yo cumplimos 30 años, también, en junio, se cumplen 10 años de que comenzamos a ser novios. Así que solo espero del 2022 más estabilidad (laboral, económica, en salud, emocional, etc.), que vengan cosas buenas, nuevas oportunidades, y mucha felicidad (y dinero ¿por qué no?).


... ¡Hola 2022!

12/23/2021

¡Adiós terceros molares!

 Como cuando sientes que sí, pero luego no...




Desde hace algún tiempo (años) me comenzaron a molestar los terceros molares. Al menos, no era un dolor insoportable, ni que estuvieran picadas, ni mucho menos, pero en lo particular lo que me molestaba era que la que estuviera saliendo viniera muy chueca y hasta el fondo, por lo que no podía cepillarla bien bien y me mordía un poco por dentro.

Por eso mismo, desde ese mismo tiempo he pensado en ir a que mas extrajeran, primero fui con un odontólogo que me dijo que no era necesario (en realidad no me dio mucha confianza) pero dejé pasar más y más el tiempo. Cada vez que me las iba a sacar, a la hora me arrepentía. 

Al fin decidí que no cumpliría 30 años con los terceros molares dentro de mi (al menos no los que me molestaban, que ahora eran dos, ambos por la misma situación) así que agendé mi cita con la esperanza de sacarme los cuatro de una vez. Iba muy valiente y decidida, hasta que, unos días antes, mi esposo me mostró videos de la recuperación. Por lo que de pensar en sacarme las cuatro muelas (que era lo que en el fondo quería) pasé a solo una. 

Ya en mi cita y con la radiografía en pantalla, me enteré de que una de las muelas que aún no salía venía completamente horizontal, por lo que después de pensarlo unos segundos (literalmente), decidí que siempre sí me sacaba las cuatro.

La recuperación ha sido bastante buena, llevo dos días desde la cirugía y no me inflamé demasiado, tampoco estuve escupiendo sangre ni me han dado dolores, reafirmé que el helado de limón no es lo mio, que tampoco me encantan las gelatinas y que no puedo vivir de agua con hielos, pero gracias a los cuidados de todos me estoy recuperando bien y rápido. Espero que todo siga como hasta ahora.




...pero termina siendo un SÍ. 

12/18/2021

La aventura del Pop it

 Escribo porque de esta forma me aseguro de conservar los recuerdos...




Desde hace más o menos un año comenzó a estar de moda un juguete llamado Pop it, en realidad se supone que es algo para relajarse, pero debido a múltiples videos de niños inventando con él, etc. se puso muy de moda entre los y las niñas. 

Con ese contexto se puede comprender un poco mejor la historia... mi pequeño (de ahora 4 años) me estuvo pidiendo un Pop it, decía que quería uno, pero muchas veces le compramos lo que pide y rápidamente pierde el interés, justo por eso decidimos no comprarle el famoso Pop it.

Una tarde, Abelito se encontraba en un área de juegos pública, ahí lo vigilaba su papá mientras yo fui a hacer unas compras. Cuando regresé no veía a Abelito corriendo de un lado a otro como es costumbre, sino que estaba muy quieto y sentado en el área de la alberca de pelotas. 

Al principio me preocupé, lo primero que cruzó por mi mente es que le había pasado algo y que no podía caminar o correr como regularmente lo hace. Pero mi esposo me explicó que Abelito se encontró un Pop it que alguien había olvidado en ese lugar y que se puso a jugarlo. 

Pasó un tiempo considerable y ya era hora de irnos así que comencé a tener una preocupación, ¿y si Abelito se quería llevar el Pop it a casa qué le diría? Por un lado pensaba el "pues se lo encontró y en todo este tiempo no regresó el dueño o dueña", sin embargo, por el otro lado pensaba el enseñarle a no tomar cosas que no son suyas a pesar de que se las encuentren tiradas. Tenía un debate interno en el que pensaba pros y contras de cada una de las opciones, llegué al punto de no tener una decisión clara cuando lo llamé. 

Pero creo que en todo mi pensamiento y conflicto interno no había considerado la opción que realmente sucedió. Cuando lo vi venir hacia nosotros se veía tan contento como siempre y en sus pequeñas manitas no traía nada. Abelito, por cuenta propia había decidido que el Pop it no era suyo y lo dejó en el lugar donde se lo había encontrado, no comentó nada de querer llevárselo ni hizo ningún tipo de berrinche, todo fue tan natural.

Por supuesto que su decisión me derritió, y poco después nos decidimos a que por supuesto nuestro pequeño se merecía su tan esperado Pop it. 



... resulta que en grabar todos los momentos no soy tan buena como pensaba. 

12/13/2021

¡La libertad de las titis!

 Lo que más me gusta de la palabra "titi" (que casi no utilizo pero me gustó para el título de la entrada del blog)...


Cuando era pre-adolescente una de las cosas que más me emocionaban era que me crecieran los senos. Las blusas con escote, lo lindo de los bra, etc. hacían que realmente quisiera tener senos desarrollados para poder utilizar cosas lindas y que veía estaban muy a la moda. 

Comienzo contando eso, ya que me parece importante establecer lo mucho que me emocionaba esa situación y, también, el que no sabía mucho respecto a lo que el crecimiento de senos implicaba. 

Alrededor de los 10 u 11 años, comencé a notar el tan esperado cambio en mi cuerpo, sin embargo, este se presentaba acompañado de incomodidad (ya que la piel en donde se estaban desarrollando picaba) y, en lugar de los perfectos senos redondos y perfectos (tal como en las revistas y televisión) eran pequeños y no tan lindos como yo esperaba.  Obviamente, entendía que todo era un proceso y que a penas estaba comenzando con el desarrollo de lo que sería mi "cuerpo final" que esperaba fuera como lo había soñado.

Hasta ese entonces yo no veía necesario utilizar tops o ningún tipo de bra si iba a lugares cercanos a mi casa (como la tienda a media cuadra) ya que mi pecho era como cualquier otro, sin embargo, con los cambios en los que me encontraba comencé a sentir la necesidad de que si iba a una cuadra o más de distancia necesitaba imperiosamente utilizar algo para tapar mis pequeños senos en desarrollo. 

Un día, mi mamá nos pidió a mi hermano y a mi que la acompañáramos a la tienda, había dicho que sería algo rápido y cercano, por lo que no me puse un bra. Recuerdo perfectamente que llevaba una camiseta blanca con un dibujo de una ancla azul, acompañada de un short blanco también, que hacía juego. Medio incómoda, pero apresurada por las indicaciones de mi mamá, salí de la casa. 

Cuál sería mi sorpresa al saber que esa salida no sería ni rápida ni cercana, pues resulta que terminamos caminando hacia mi primaria (a casi 1 km de distancia) ya que mi mamá tenía que hablar con quien sabe quién. Lo peor no era eso, sino que justo era el día de la clausura de sexto grado (yo iba en quinto y como mi salón había bailado en mayo no nos tocaba llegar a la clausura) y el niño que me gustaba estaba en un salón al que le tocó llegar, por lo que la incomodidad que ya de por sí sentía fue multiplicada por diez. 

Tengo muy claro ese recuerdo, ya que desde entonces cada vez que iba a la tienda (aunque fuera a la más cercana) tenía que utilizar un bra o algo, mínimo doble camiseta. 

Los años pasaron, de pronto, y gracias a un regalo de mi madrina, me encontré con que entre mi ropa interior tenía un bra muy muy delgadito, así que cuando estaba en el bachillerato y noté que el pezón se marcaba en mi uniforme dejé de ponérmelo ya que no era algo que quisiera que se marcara (¿qué clase de persona sería con mis senos tan expuestos?).

En la universidad hubo un ligero cambio, pasaba demasiado tiempo en la escuela como para andar "aguantando" que las varillas del bra quisieran matarme y lo lograran, así que si llevaba una blusa con suficientes piedritas o estoperoles que lograran que, si por algún motivo se me marcaba, el pezón se "difuminara" con los adornos de la playera, entonces y solo entonces podía quitarme el bra en el baño y andar solo con dicha playera. 

Hoy todo es diferente, hace algún tiempo comenzó el movimiento "Free the nipple" y me hizo reflexionar acerca de muchas cosas... yo nunca he tenido problemas en andar sin bra en mi casa, ya que es lo más cómodo (sobretodo por el clima en el que vivo), pero salir así a la calle era un problema. Desde hace no más de dos años, me he dado cuenta de lo mucho que me incomodaba, a veces, utilizar el bra y lo poco necesario que realmente es. 

Así que el primer paso fue comprar cubre pezones, y fue como aprender a andar en bicicleta, poco a poco me fui sintiendo más cómoda con mis senos sin estar en el bra que les diera la forma y ajuste que "deberían tener", así que ahora ya salgo a lugares muy públicos sin estar preocupada en si se marca el pezón o no. 

Todos tenemos pezones (o al menos la gran mayoría), me parece que debemos dejar de verlos como algo tabú, no son órganos reproductores, tampoco es algo de qué avergonzarse ni mucho menos, y sigo sin entender el por qué las mujeres nos vemos presionadas a utilizar prendas de vestir que pueden resultar tan incómodas como el brassiere (que además debemos cuidar de no mostrar, pero ese es otro tema). 

En fin, todo esto lo escribo ya que me gustaría poder decirle a mi yo de 10 u 11 años que no hay de qué sentirse mal, que su cuerpo es bellísimo y que casi todo lo que ve en revistas y televisión no es real.




... es que me recuerda al hermoso Ami. 

4/14/2021

La tía "Minga"

 El paso de los años y las cosas que vivimos ayudan a ver todo con otros ojos...




Desde que era muy pequeña tengo recuerdos de mis papás hablar acerca de un personaje mítico que no conocí, no sé si aún vive o hasta cuando vivió, no tengo muy claro mi parentesco con esa persona, tampoco tengo una imagen de ella para tener referencias de cómo era físicamente, nunca he escuchado su voz, ni sé de sus gustos, lo único que se de ella, de acuerdo a las insinuaciones de mis padres (sobre todo de mi papá) es que estaba loca... sí LOCA.


Cuando me imagino a la tía Dominga siempre lo hago como una persona de unos 70 años, de baja estatura, complexión media, con cabello canoso y trenzas largas, usando siempre un mandil como los que usaba mi abuelita cuando cocinaba. No me la imagino sonriendo, más bien con una expresión de cansancio, molesta por el fuerte calor de la costa, usando huaraches, con los pies resecos y siendo muy trabajadora, molesta de aquellos que no eran tan trabajadores ni colaboraban tanto como ella lo hacía. 


¿Pero qué hacía la tía Minga para que uno pensara que estaba loca?... eso es lo más interesante. Desde que tengo memoria recuerdo a mi padre platicar y hacer referencia a ella (al parecer era tía de mi mamá, solo no sé si era familiar o tía por ser vecina o conocida) diciendo que no se levantaba temprano a hacerle el desayuno a su esposo para que este se fuera al rancho, sino que osaba dejarlo preparado desde un día antes y él solito tenía que servirse porque ella no se despertaba tan temprano. Cabe aclarar que la historia era contada con un tono de desaprobación, ya que al parecer lo que hacía la tía era reprobable. 


Por otro lado, lo que contaba mi madre de ella era que cuando iba a hacer pan (o memelas, no recuerdo bien), si se desesperaba, porque la masa no estaba quedando como debería de quedar, la tiraba al patio y la dejaba ahí. 


Cabe destacar, que crecí en una familia en donde los roles de género están definidos "a la antigüita" y antes no se cuestionaba el que fuera de esta manera. Poco después de que nací, mi mamá "decidió" que debía dejar de trabajar y dedicarse a la crianza y al hogar (a pesar de tener estudios superiores y de manera lógica pensar que el ingreso que podría aportar ella sería mayor). Así que durante toda mi vida he visto que la mayor responsabilidad de ella era "atender" a mi papá (sí, del tipo de preparar la comida, servirla, lavar platos, despertarse temprano para hacer cosas por él antes de que se fuera a trabajar, lavar, planchar, sacar su ropa, arreglar su cama, etc.), cuestiones que comencé a ver como naturales, ya que pensaba que seguramente así sucedía en todas las casas. 


Acepté la historia de la tía Minga como un mal ejemplo, como alguien que no se preocupaba por cuidar del otro. En casa me molestaba que siempre eran las cosas para mi papá primero (como si fuera el más importante de toda la familia y de ahí para abajo), también, me llegó a molestar que mi madre se preocupara por enseñarme a mi a lavar (no recuerdo nunca que le pidiera a mi hermano que lavara la ropa de todos), que me enseñara a mi a planchar (tampoco recuerdo a mi hermano haciéndolo por petición de mi mamá), y demás actividades. A mi hermano siempre le interesó ayudar en cuestiones como cocinar, etc. pero nunca se sintió como si mamá lo entrenara para su vida futura. 


Sinceramente llegó el punto en el que, cuando estaba en el bachillerato, me molestaba que alguien le sirviera la comida a mi novio (porque obviamente ese era mi rol)... cuando lo pienso ahora me da coraje. Pero vamos, eso era con lo que crecía y la manera en la que mi entorno me había educado. 


Después, el chip me cambió, era como si se me hubiera caído una venda de los ojos y dejé de ver a la tía Minga como la planteaban y comencé a verla como lo que era. Una persona seguramente cansada y sabedora de que su esposo era lo suficientemente capaz de tomar un desayuno y calentarlo (o no) para comérselo. ¿Por qué si el esposo se tiene que despertar a las 4 am para una actividad ella también tendría que hacerlo? La tía Minga era inteligente, no loca. 


Cuando mis cuestionamientos ante este tipo de creencias se hicieron más fuertes, obviamente a la persona que más molestaba era a mi madre. Dejé de hacer todo lo que me decía, a menos que también se lo pidiera a mi hermano, y lo único que recuerdo claramente que me decía era: "Ya verás cuando te cases, ahí te voy a ver, levantándote temprano para hacer desayuno", etc. Estas palabras,  por supuesto, me causaban mucha molestia, ¿por qué tú como madre desearías a tu hijo o hija tener un matrimonio en le que se repitan los patrones que claramente están mal en el tuyo y que ni a ti te gustan?


Más de una vez he escuchado a mi mamá quejarse de que no le gusta despertarse tan temprano, de que está preocupada porque a las 10 pm se dio cuenta de que ya no habían huevos suficientes para el desayuno de mi papá, porque debe planchar las camisas, porque no puede dormir en la tarde a gusto sin que la critiquen por ello, a tener que cocinar cosas que le gustan a papá aunque a ella no, a que le reclamen porque hace mucho una comida o deja de hacer otra, etc. Insisto, ¿por qué desearle lo mismo a tus hijos o hijas?


Creo que para ella, como para muchas otras personas es complicado imaginarse una realidad distinta a la que viven, han pasado tantos años en lo mismo que no conocen o no recuerdan más allá (en el caso de mi madre alrededor de 40 años). Por lo que, el que se le cuestionara el por qué las cosas se hacían de cierto modo o no, el que sintiera que alguien criticaba su rol y cómo tenía que cumplirlo, seguramente causaba molestia. Claro que esto lo comprendí hasta después. 


Sé que no puedo cambiar el mundo de mi madre, pero poco a poco he notado cómo se da cuenta de las cosas y su visión acerca de su rol cambia, lamentablemente solo ha cambiado eso, la visión. Porque sigue desempeñándolo. Desde años atrás (cuando estaba por terminar mi educación primaria) comenzó a crearse sus oportunidades de trabajo y la verdad eso me pone muy orgullosa de ella, porque tengo recuerdos de cómo trataban de desanimarla o le echaban en cara "el descuido de la casa" y, sin embargo, ella siempre ha seguido adelante. Tengo la esperanza de que, antes de que sea demasiado tarde, decida que va a actuar al respecto y realmente busque una felicidad completa. 


En mi caso, como es bien sabido en el blog (y para mi cuando lo esté leyendo al futuro) estoy casada, y las palabras de mi madre no se cumplieron. Mi esposo sabe que somos un equipo y aunque día a día trabajamos con quién colabora en qué, sabe que también tiene manos y que es muy capaz de hacer cosas que en otras épocas podrían estar pensadas solo para las mujeres. 


En mis tres años de casada nunca me he despertado temprano para hacer desayuno solo porque mi esposo va a salir a trabajar y estoy super a favor de dejar la comida lista desde una noche antes para ahorrar tiempo y des-mañanadas, la tía Minga estaría orgullosa. 





...sería muy triste que no fuera de esta manera. 

3/03/2021

40 Cosas sobre mi

Estaba leyendo  post viejos para dormir...




  1. Aún me gustan mucho las listas, aunque ahora suelen ser del super, trabajo, cosas por hacer y para que no se me olvide nada al empacar para viajes.
  2. Tengo un hermoso hijo de 3 años que amo con locura y cada día me enseña cosas nuevas.
  3. Me gusta mi trabajo, siento que no aguantaría estar en un escritorio/oficina TODO el día.
  4. Soy feminista... hace años me "molestaban" por eso. Aún así siento que me falta muchísimo por aprender.
  5. Tengo un sobrino guapísimo al que amo mucho y deseo que sea muy amigo de Abelito cuando crezcan.
  6. Mi color favorito es el verde.
  7. Lucho con mi peso, pero sigo sin fuerza de voluntad y con poca energía.
  8. Me he vuelto mejor contando cuentos infantiles.
  9. Muchas noches me cuesta dormir (mi cerebro "no se calla") y a veces tomo pastillas para poder hacerlo.
  10. Siento que me he vuelto menos expresiva en cuanto a demostrar mi afecto.
  11. Muchas veces me siento atrapada y con la salida lejana.
  12. Me quiero mudar.
  13. Al fin conocí Oaxaca. Por supuesto lo amé.
  14. Tengo sueños muy locos.
  15. No he tenido COVID-19.
  16. Amo los tacos.
  17. Antes no me gustaba la Coca-Cola, ahora, gracias a mi mamá, no puedo dejar de tomarla.
  18. Soy fan de Love Alarm.
  19. Muchas veces aún me siento adolescente o al menos no adulta.
  20. Mi cuñada es una gran inspiración para mi y siento que me puedo abrir con ella aunque no hablemos tan seguido.
  21. Soy fan de Leyendas Legendarias.
  22. Me gusta mucho salir con mi mamá.
  23. Diario me duelen los brazos y espalda por ayudar a Abelito a hacer "Hey Hey", pero su carita de alegría lo vale.
  24. Me gusta mucho cómo ha madurado mi matrimonio.
  25. Tengo un mejor amigo que conozco desde antes de la primaria y admiro mucho su trabajo.
  26. Quiero aprender a maquillarme super bien.
  27. Me gusta mucho comprar liquidaciones.
  28. Suelo leerle Harry Potter a mi hijo en las noches, ya casi acabamos el libro 7.
  29. Me he puesto uñas acrílicas 2veces y en ambas me he arrepentido. Pero veo foros de diseños y me dan ganas de nuevo.
  30. Tengo un tatuaje. Quiero más.
  31. Tengo 4 perforaciones en las orejas. Quiero más.
  32. He tenido parte del cabello verde, verde fosfo, azul marino, turquesa, azul  eléctrico, morado. Además de tintes en el resto del cabello.
  33. Casi no veo televisión.
  34. No me gusta hablar por teléfono.
  35. Me gusta caminar.
  36. A veces me da curiosidad saber qué ha sido de las personas que ya no veo.
  37. Se me hace extraño que ahora tengo amigos casi de la edad de mis papás.
  38. Tengo ex alumnos de los que me siento muy orgullosa.
  39. Si tengo hambre o calor me pongo muy de malas.
  40. Me molesta la gente que dice una cosa y hace otra.




...y ¿por qué no? hacer algo para registrar mi ser a los 29.

1/31/2021

29

Cuando pienso que la última clase a la que asistí en la universidad fue hace casi  7 años... la última del COBACH hace casi 11 años... la última de la secundaria hace casi 14 años...




Mañana es mi cumpleaños.

Sí, ahora sí estoy a un año de los 30, de los verdaderos 30... ¿por qué digo "los verdaderos 30"? eso es muy chistoso, cuando cumplí 25 el pastel de mi fiesta sorpresa tenía un 30 a modo de broma. Los 30 son un numero "especial" ya que se cumple una década más de vida, aunque si algo deberíamos tener en cuenta en medio de la pandemia es que cada año, el que sea, debemos considerarlo tan importante como podríamos considerar las décadas o los lustros. Sin embargo, también es bonito pensar que el año en el que cumplo los 30 mi peque cumplirá los 5.

Los 28 me dejaron casi un año completo de encierro pero ese encierro me sirvió mucho para pensar (si continuara con constancia este blog ya estaríamos en el "Pensando L" e incluso más allá.

Es curioso ya que aunque los números aumentaban me seguía sintiendo más adolescente-adulto que nada, sin embargo, por supuesto que ahora ya me siento más adulta que otra cosa, fuera de las obligaciones y todo lo que implica la maternidad siento que mi manera de ver el mundo y de mi papel en él. 

Es gracioso, pero sí tengo muchas cosas que quiero hacer antes de los 30, espero que se pueda y si no, soy consiente de que mientras siga teniendo vida tendré tiempo para cumplir todo lo que deseo. 




... es cuando noto lo rápido que pasa el tiempo. 

1/01/2021

¡Adiós 2020!

 




El 2020 fue un año bastante malo, pero eso sí, fue un año lleno de aprendizajes y de puntos de inflexión que tienen una gran repercusión en lo que soy ahora, en lo que quiero y en lo que pienso. 

El primer mes del 2020 llegó con una noticia que me rompió el corazón en mil pedazos, algo que rompió mis ilusiones más cercanas y planes que ya veía casi casi dibujados en papel, justo ese fue uno de los primeros cambios que tuvo gran repercusión en todo mi año, en mi estado de ánimo y en el no querer creer. 

La pandemia nos afectó como a todos, he conocido a toda clase de estudiantes (algunos con muchas ganas de aprender y trabajar, otros que creen que pueden agarrarse de las situaciones para sacar el mayor provecho posible, otros que quieren ganarse tu confianza para después dejarlo todo por flojera o porque creen tener todo ganado, otros que por causas de fuerza mayor no pueden cumplir como quisieran pero lo intentan, etc.) he aprendido mucho de ellos, me he reconocido en algunos y ver cómo piensan (en algunos casos) me hacen recordad cómo era yo hace más de 10 años, lo mucho que he cambiado y lo mucho que he aprendido. 

El resto del tiempo han sido periodos de adaptación... sinceramente creí que la pandemia (y el proyecto Big Brother que ha implicado en casi todos los meses) sería peor de lo que fue. Por supuesto que me afecta el ánimo la incertidumbre, el temor a enfermar y peor aún que mis seres queridos se enfermen. 

2020 fue un año en el que decidí decir mucho de lo que necesito, de las cosas que me molestan o gustan y escuchar... ha sido mucho tiempo de reflexión y nuevamente, de aprendizaje. De realizar los pequeños grandes ajustes que han llevado a la mejora. 

Pero nada en mi crecimiento personal fue tan obvio en el 2020 como todo lo que aprendí en los últimos días. Pero para entenderme mejor debo contextualizar... conozco a mi cuñada desde hace varios años, antes incluso de que mi hermano y ella se conocieran, y aunque lo no habíamos convivido mucho en ese tiempo (yo aún estaba en la universidad) había podido platicar con ella o, al menos, escuchar lo que platicaba, y desde entonces lo que decía se me hacía muy interesante, muy parecido a lo que pienso en muchos aspectos y además, muy educativo. A lo que va todo esto es que gracias a mis pláticas con ella, a ver la hermosa familia que han formado mi hermano, ella y mi bellísimo sobrino me siguen enseñando y ayudando a reflexionar. Es muy impactante cómo alguien que conoces de "relativamente" tan poco puede creer en ti más que otras personas (o al menos te lo dice de manera tan abierta). 

Por supuesto, el 2020 también me ha dejado muchos meses de disfrute, Abel y yo hemos podido probar el estar juntos 24/7 juntos por mucho mucho tiempo, compartiendo tiempos de trabajo y sin que la distancia de nuestras plazas sean una distancia física. Hemos estado presentes en el crecimiento de Abelito paso a paso, ver cómo cada día habla más, como aprendió a mezclar huevos, cómo ha dejado cada día de ser un bebé y cada vez se vuelve más niño, su entrada al kinder y sus primeras tareas, lo mucho que le gusta estudiar, sus primeras pedaleadas, etc. Cada vez me enamoro más y más de mi familia. 

Ahora, el 2021 se vuelve un año en el que tengo muchos proyectos que deseo cumplir, espero que se puedan todos y cada uno de ellos, pero sobretodo que sea muy feliz y que mis seres queridos también lo sean. El 2021 pinta en lo general para una extensión del 2020 (por la situación de la pandemia) pero en lo personal espero que sea un año completamente distinto a lo que fue el año pasado, con una evolución y en el cual espero estar mejor en todo sentido.




... ¡Hola 2021!