9/13/2023

Septiembre 2023

Septiembre ha sido un mes pesado... pero pesado pesado.

Este mes fue la primera vez en que el carro hizo algo fuera de lo normal, lo bueno es que nada grave y solo se murió la batería. Pero en mi ansiedad, embarazo y preocupación,  por supuesto que las cosas pequeñas se pueden llegar a ver enormes.

Además, Abelito y yo nos enfermamos y entre la fiebre y el malestar nos tenían muy descontrolados. Por otro lado, ver que el niño siempre activo se ve decaído sí me incrementa mucho la preocupación. Afortunadamente, justo me acaban de decir que el pediatra no lo encontró tan mal y con un antivirus y algo para la piel estará bien.

Por otro lado, me intenté hacer la prueba de la glucosa en el embarazo y cuando creía que era una batalla ganada,  terminé vomitando todo.

También ayer fui al Issste y justo ahora si estaba mi médico oficial, que resultó ser una persona no muy agradable que ni siquiera te voltea a ver y que sin más me dijo que tengo anemia y tampoco me dio recomendaciones ni nada.

Agregado a eso, desde ayer mi presión ha estado algo baja lo cual no me hace sentir completamente bien.

Así que ya se imaginarán...

Lo único que espero de este mes es el cumpleaños de Abelito, porque sé que es algo que lo anima mucho y ya quiero ver su carita cuando vea sus regalos. 

9/11/2023

Fiebre y más fiebre...

Una de las diferencias más grandes que tengo del embarazo pasado a este es que con Abelito no recuerdo haberme enfermado casi nunca (al menos no de gripe ni nada así) mientras que con Santi ya es la 3era vez que me enfermo en todo el embarazo (6 meses y contando).

Por supuesto que tiene una explicación lógica... mi cuerpo ni de chiste es el mismo a los 25 que a los 31, acabamos de pasar por una pandemia (que aun es bastante cercana aunque a momento parece haber pasado mucho tiempo) y que ahora tengo a un pequeñito que va a la escuela y que si se enferma me contagia.

Enfermarme ahora es muy diferente a antes, además de la desesperación de sentirme mal cuando no puedo tomar medicinas, vivo con la preocupación de que mi pillo de 5 años en lugar de estar corriendo de un lado para otro quiera dormir siestas y que lo llene de mínimos. 

Sin embargo,  la paciencia es nuestra más grande aliada, no dejar que el ánimo decaiga y cuidarnos los unos a los otros.