1/31/2021

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Cuando pienso que la última clase a la que asistí en la universidad fue hace casi  7 años... la última del COBACH hace casi 11 años... la última de la secundaria hace casi 14 años...




Mañana es mi cumpleaños.

Sí, ahora sí estoy a un año de los 30, de los verdaderos 30... ¿por qué digo "los verdaderos 30"? eso es muy chistoso, cuando cumplí 25 el pastel de mi fiesta sorpresa tenía un 30 a modo de broma. Los 30 son un numero "especial" ya que se cumple una década más de vida, aunque si algo deberíamos tener en cuenta en medio de la pandemia es que cada año, el que sea, debemos considerarlo tan importante como podríamos considerar las décadas o los lustros. Sin embargo, también es bonito pensar que el año en el que cumplo los 30 mi peque cumplirá los 5.

Los 28 me dejaron casi un año completo de encierro pero ese encierro me sirvió mucho para pensar (si continuara con constancia este blog ya estaríamos en el "Pensando L" e incluso más allá.

Es curioso ya que aunque los números aumentaban me seguía sintiendo más adolescente-adulto que nada, sin embargo, por supuesto que ahora ya me siento más adulta que otra cosa, fuera de las obligaciones y todo lo que implica la maternidad siento que mi manera de ver el mundo y de mi papel en él. 

Es gracioso, pero sí tengo muchas cosas que quiero hacer antes de los 30, espero que se pueda y si no, soy consiente de que mientras siga teniendo vida tendré tiempo para cumplir todo lo que deseo. 




... es cuando noto lo rápido que pasa el tiempo. 

1/01/2021

¡Adiós 2020!

 




El 2020 fue un año bastante malo, pero eso sí, fue un año lleno de aprendizajes y de puntos de inflexión que tienen una gran repercusión en lo que soy ahora, en lo que quiero y en lo que pienso. 

El primer mes del 2020 llegó con una noticia que me rompió el corazón en mil pedazos, algo que rompió mis ilusiones más cercanas y planes que ya veía casi casi dibujados en papel, justo ese fue uno de los primeros cambios que tuvo gran repercusión en todo mi año, en mi estado de ánimo y en el no querer creer. 

La pandemia nos afectó como a todos, he conocido a toda clase de estudiantes (algunos con muchas ganas de aprender y trabajar, otros que creen que pueden agarrarse de las situaciones para sacar el mayor provecho posible, otros que quieren ganarse tu confianza para después dejarlo todo por flojera o porque creen tener todo ganado, otros que por causas de fuerza mayor no pueden cumplir como quisieran pero lo intentan, etc.) he aprendido mucho de ellos, me he reconocido en algunos y ver cómo piensan (en algunos casos) me hacen recordad cómo era yo hace más de 10 años, lo mucho que he cambiado y lo mucho que he aprendido. 

El resto del tiempo han sido periodos de adaptación... sinceramente creí que la pandemia (y el proyecto Big Brother que ha implicado en casi todos los meses) sería peor de lo que fue. Por supuesto que me afecta el ánimo la incertidumbre, el temor a enfermar y peor aún que mis seres queridos se enfermen. 

2020 fue un año en el que decidí decir mucho de lo que necesito, de las cosas que me molestan o gustan y escuchar... ha sido mucho tiempo de reflexión y nuevamente, de aprendizaje. De realizar los pequeños grandes ajustes que han llevado a la mejora. 

Pero nada en mi crecimiento personal fue tan obvio en el 2020 como todo lo que aprendí en los últimos días. Pero para entenderme mejor debo contextualizar... conozco a mi cuñada desde hace varios años, antes incluso de que mi hermano y ella se conocieran, y aunque lo no habíamos convivido mucho en ese tiempo (yo aún estaba en la universidad) había podido platicar con ella o, al menos, escuchar lo que platicaba, y desde entonces lo que decía se me hacía muy interesante, muy parecido a lo que pienso en muchos aspectos y además, muy educativo. A lo que va todo esto es que gracias a mis pláticas con ella, a ver la hermosa familia que han formado mi hermano, ella y mi bellísimo sobrino me siguen enseñando y ayudando a reflexionar. Es muy impactante cómo alguien que conoces de "relativamente" tan poco puede creer en ti más que otras personas (o al menos te lo dice de manera tan abierta). 

Por supuesto, el 2020 también me ha dejado muchos meses de disfrute, Abel y yo hemos podido probar el estar juntos 24/7 juntos por mucho mucho tiempo, compartiendo tiempos de trabajo y sin que la distancia de nuestras plazas sean una distancia física. Hemos estado presentes en el crecimiento de Abelito paso a paso, ver cómo cada día habla más, como aprendió a mezclar huevos, cómo ha dejado cada día de ser un bebé y cada vez se vuelve más niño, su entrada al kinder y sus primeras tareas, lo mucho que le gusta estudiar, sus primeras pedaleadas, etc. Cada vez me enamoro más y más de mi familia. 

Ahora, el 2021 se vuelve un año en el que tengo muchos proyectos que deseo cumplir, espero que se puedan todos y cada uno de ellos, pero sobretodo que sea muy feliz y que mis seres queridos también lo sean. El 2021 pinta en lo general para una extensión del 2020 (por la situación de la pandemia) pero en lo personal espero que sea un año completamente distinto a lo que fue el año pasado, con una evolución y en el cual espero estar mejor en todo sentido.




... ¡Hola 2021!