1/30/2022

La importacia de llamarse Ernes... digo, de los 30

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Cuando cumplí 15 años una de las cosas que más deseaba era tener una fiesta, sí, la tradicional fiesta de XV años. Muchas veces soñé con cómo sería mi vestido, qué canción bailaría, cuál sería "mi baile sorpresa", etc. Pero ese sueño nunca se cumplió, sabía perfectamente que mis papás no tenían la solvencia económica para una fiesta así (por más pequeña que la quisiera), pero también había notado que nunca hicieron ni el más mínimo esfuerzo por ahorrar para eso (obvio no sacrificaría las cubas de los fines de semana).

En fin, muchos años (diría que dos o tres incluso) me sentía muy triste por ello, enojada, frustrada, etc., cada vez que sacaba el tema con mi mamá ella me decía, a modo de consuelo, que a mis 30 podría hacer mi fiesta de XV años que nunca tuve. 

Por supuesto que me parecía ridículo, como ¿por qué a los 30 querría un vestido de princesa, bailar con chambelanes, ensayar coreografías, etc.? Para nada me quería ver como las chicas de las series de Televisa que nunca tuvieron fiesta y siendo ya señoras pasaban por todas las tradiciones que se ven bien en adolescentes. Los 30 eran importantes...

Por otro lado, cuando en la secundaria, bachillerato, e incluso universidad, nos pedían proyectarnos a futuro y realizar escritos de cómo nos veríamos en cinco, diez, o quince años, en mi mente inmadura pensaba que a los 30 tendría la vida bastante resuelta. Un trabajo estable, una familia con al menos dos hijxs, una casa y un auto, incluso pensaba en las mascotas. Y si bien estoy mejor que como están algunos otros de mi generación no estoy como pensé que estaría, al menos no en lo que durante años me parecía lo más urgente. Los 30 eran importantes...

También, desde hace algún tiempo he pensado que los 30 son la mitad de mi vida, quizás no... quizás sí. Creo que esta idea está influenciada porque las personas de 60 son consideradas de "la tercera edad" y por ello me parece que los 30 son un punto medio, un número importante. Mis padres ya están por encima de los 60, por lo que quizás este pensamiento sea una exageración pero sigue rondando por mi cabeza de vez en cuando. Cuando cumpla 60 Abelito ya tendrá 35 años. Los 30 eran importantes...

El año pasado y este año, al pensar en mi cumpleaños pasé de planes enormes, como una fiesta en la que invitaría a todos mis amigos, que fuera temática, de preferencia de disfraces, con decoraciones, un lugar bonito y rodeada de seres queridos... pero luego pensé en que la pandemia no ayudaba, no podía permitirme invertir tanto dinero en algo de ese estilo y cada vez más mis amigos se encuentran ocupados y las reuniones se han vuelto más pequeñas. 

Después pensé en un viaje, obviamente a un lugar cercano y al cuál podríamos ir mi hijo, esposo, mamá y yo, pero las cosas no se acomodaron y entre la inseguridad, pandemia, enfermedades, etc. nunca lo intenté concretar. 

Luego de eso pensé en algo aún más pequeño, sin salir de la ciudad, ir con mi esposo a un lugar a pasar un día diferente, salir, divertirnos y descansar... spoiler alert tampoco se hizo. 

Finalmente pensé en salir a cenar, cine, incluso a tomar un café y ya, pero algo que me hiciera sentir que el fin de semana previo a mi cumpleaños (nunca me ha encantado eso de festejar después ya que siento que se pierde el sentido) era un día especial, tomar fotos bonitas, no sé, algo diferente. Pero tampoco sucedió.

De manera consciente recuerdo haber sentido cómo se me rompía el corazón una vez, esa sensación explicada claramente por los Simpsons cuando a Rafita Gorgory se le rompe el corazón, y esta vez lo sentí al darme cuenta que era la única haciendo planes. Que desde la mañana sabía perfectamente qué ropa usaría, dudaba si me plancharía el cabello o no, que era la única que buscaba horarios de películas en el cine, opciones de lugares, etc. y decidí que no lo merezco. 

A mi me gusta dar regalos, me gusta hacer sentir a las personas especiales y creo que me merezco lo mismo. Para nada por el lado monetario, no pido regalos carísimos, lujos ni nada así. Pero merezco sentirme especial y no conformarme con "pues ni modos, es así", Por eso este fin de semana me rendí. Los 30 eran importantes...

En realidad el martes es mi cumpleaños, no el fin en el que escribo este post, sin embargo, como muchos de mis seres cercanos saben, ese día regreso a clases presenciales. Deberé despertar desde las 5:30 o 6:00 am para poder entrar al trabajo, por lo que seguramente no pasaré una buena noche antes (la ansiedad o lo que considero es ansiedad aún no me deja), así que será un día cansado y en el que lo único que espero es que Abelito me deje tomar una siesta en la tarde. 

Todos los 20 fueron una curva de aprendizaje, comencé esa década en la universidad, viviendo una época extraña pero en su momento muy feliz, conociendo personas, comenzando a tener mayor libertad (tomada por la fuerza). 

A lo largo de esta década comencé a salir con mi ahora esposo (justo cuando llevaba 4 meses de haber cumplido los 20), me tatué, trabajé y aprendí mucho en radio, me gradué, trabajé en una campaña, viví en casa de mis suegros, viajé a otros estados, tuve un hijo, comencé a trabajar en lo que ahora amo, me casé, me convertí en tía más que nunca, aprendí mucho de mi y a soltar algunas de mis cargas, me hice perforaciones, me volví a tatuar, compramos un auto, aprendí a manejar, y he aprendido mucho como persona. Leí mucho, aprendí mucho, lloré mucho, amé mucho, aprendí a amarme (luego no, luego ahí vamos). Los 20's en lo general fueron buenos años, pero realmente espero que mis 30's sean mejores.

Los 30 son importantes...