12/31/2021

Gracias por todo 2021

¡Adíos 2021!...



Como ya es tradición, intento escribir un post cada que termina un año... ya lo había mencionado anteriormente, pero, este blog me sirve de manera personal como una manera de verme reflejada a través del paso del tiempo. En particular, los post de año nuevo son muy lindos de leer (para mi obviamente), ya que al ser una fecha en concreto es como leer a mi yo de hace 365 días, lo que esperaba del año que estaba a punto de comenzar y el cómo percibía mi paso por el año que terminaba. 

El 2021 fue un buen año. Eso es muy fuerte de decir, ya que seguimos viviendo una pandemia y el miedo a contagiarme o que mis seres queridos se contagien sigue ahí. Sin embargo, creo que este año me siento un poco más preparada para enfrentarme a un enemigo invisible (como lo es el virus), y he comenzado a adaptarme más a esta "nueva normalidad" y no solo estar enojada por todo aquello que no se puede hacer. 

Este año cumplí los 29, mi último año antes de los 30´s y me siento bien, cada vez se acerca más la fecha de "subir ese tercer escalón" y cada vez me siento más empoderada. También, mi pequeñito cumplió los 4 años, podría decir que a estas alturas de la vida ya es todo un niño y para nada un bebé. Pero si hubo un cumpleaños que me sorprendió, ese fue el de mi mamá, quien por años (literalmente) nos había ocultado su verdadera edad y solo por la vacunación anti COVID nos enteramos que cumplía 60, lo que ameritó que cumpliera una de las cosas que había querido hacer desde hace años, que era llevarle una serenata. 

En cuanto a lo que más deseaba el último fin de año, pues todo sigue igual pero diferente a la vez. No me he movido físicamente, pero mentalmente estoy en otro extremo. Siento un cambio abismal de cómo era todo el año pasado (al menos mi sentir y actuar) a cómo es ahora. Las crisis de ansiedad y de estar triste todo el tiempo han disminuido mucho y creo que tengo un mejor control en ese sentido. 

Este año sucedió lo que, por comodidad, denominaré "el incidente en la playa". Realmente lamento mucho lo que sucedió porque creo que, al menos, un corazón se rompió. Pero siento que ahora me tiran menos a loca (o así me sentía a veces) y comprenden mi enojo, frustración, desesperación, etc. 

Por otro lado, este año compramos un carro, obtuve mi licencia (en la historia más rara del mundo (por supuesto exagero)) y aprendí a manejar. También, este año mi Abel comenzó a ser director de su centro de trabajo (no del mismo del que lo fue anteriormente) y aunque no siempre lo acepte sé que le encanta. Y Abelito comenzó al entrenar Taekwondo (a la fecha ya es cinta amarilla así que es un gran logro).

Por cierto, había dicho que este año tenía tres cosas pendientes: hacerme el papanicolau (ya me tocaba), comprar lentes nuevos y sacarme el tercer molar que me molestaba. Así que adivinen... ¿quién sigue muy sana, ve mejor y tiene cuatro muelas menos? 

Este 2022 Abelito comenzará a ir al kinder de manera presencial, Abel y yo cumplimos 30 años, también, en junio, se cumplen 10 años de que comenzamos a ser novios. Así que solo espero del 2022 más estabilidad (laboral, económica, en salud, emocional, etc.), que vengan cosas buenas, nuevas oportunidades, y mucha felicidad (y dinero ¿por qué no?).


... ¡Hola 2022!

12/23/2021

¡Adiós terceros molares!

 Como cuando sientes que sí, pero luego no...




Desde hace algún tiempo (años) me comenzaron a molestar los terceros molares. Al menos, no era un dolor insoportable, ni que estuvieran picadas, ni mucho menos, pero en lo particular lo que me molestaba era que la que estuviera saliendo viniera muy chueca y hasta el fondo, por lo que no podía cepillarla bien bien y me mordía un poco por dentro.

Por eso mismo, desde ese mismo tiempo he pensado en ir a que mas extrajeran, primero fui con un odontólogo que me dijo que no era necesario (en realidad no me dio mucha confianza) pero dejé pasar más y más el tiempo. Cada vez que me las iba a sacar, a la hora me arrepentía. 

Al fin decidí que no cumpliría 30 años con los terceros molares dentro de mi (al menos no los que me molestaban, que ahora eran dos, ambos por la misma situación) así que agendé mi cita con la esperanza de sacarme los cuatro de una vez. Iba muy valiente y decidida, hasta que, unos días antes, mi esposo me mostró videos de la recuperación. Por lo que de pensar en sacarme las cuatro muelas (que era lo que en el fondo quería) pasé a solo una. 

Ya en mi cita y con la radiografía en pantalla, me enteré de que una de las muelas que aún no salía venía completamente horizontal, por lo que después de pensarlo unos segundos (literalmente), decidí que siempre sí me sacaba las cuatro.

La recuperación ha sido bastante buena, llevo dos días desde la cirugía y no me inflamé demasiado, tampoco estuve escupiendo sangre ni me han dado dolores, reafirmé que el helado de limón no es lo mio, que tampoco me encantan las gelatinas y que no puedo vivir de agua con hielos, pero gracias a los cuidados de todos me estoy recuperando bien y rápido. Espero que todo siga como hasta ahora.




...pero termina siendo un SÍ. 

12/18/2021

La aventura del Pop it

 Escribo porque de esta forma me aseguro de conservar los recuerdos...




Desde hace más o menos un año comenzó a estar de moda un juguete llamado Pop it, en realidad se supone que es algo para relajarse, pero debido a múltiples videos de niños inventando con él, etc. se puso muy de moda entre los y las niñas. 

Con ese contexto se puede comprender un poco mejor la historia... mi pequeño (de ahora 4 años) me estuvo pidiendo un Pop it, decía que quería uno, pero muchas veces le compramos lo que pide y rápidamente pierde el interés, justo por eso decidimos no comprarle el famoso Pop it.

Una tarde, Abelito se encontraba en un área de juegos pública, ahí lo vigilaba su papá mientras yo fui a hacer unas compras. Cuando regresé no veía a Abelito corriendo de un lado a otro como es costumbre, sino que estaba muy quieto y sentado en el área de la alberca de pelotas. 

Al principio me preocupé, lo primero que cruzó por mi mente es que le había pasado algo y que no podía caminar o correr como regularmente lo hace. Pero mi esposo me explicó que Abelito se encontró un Pop it que alguien había olvidado en ese lugar y que se puso a jugarlo. 

Pasó un tiempo considerable y ya era hora de irnos así que comencé a tener una preocupación, ¿y si Abelito se quería llevar el Pop it a casa qué le diría? Por un lado pensaba el "pues se lo encontró y en todo este tiempo no regresó el dueño o dueña", sin embargo, por el otro lado pensaba el enseñarle a no tomar cosas que no son suyas a pesar de que se las encuentren tiradas. Tenía un debate interno en el que pensaba pros y contras de cada una de las opciones, llegué al punto de no tener una decisión clara cuando lo llamé. 

Pero creo que en todo mi pensamiento y conflicto interno no había considerado la opción que realmente sucedió. Cuando lo vi venir hacia nosotros se veía tan contento como siempre y en sus pequeñas manitas no traía nada. Abelito, por cuenta propia había decidido que el Pop it no era suyo y lo dejó en el lugar donde se lo había encontrado, no comentó nada de querer llevárselo ni hizo ningún tipo de berrinche, todo fue tan natural.

Por supuesto que su decisión me derritió, y poco después nos decidimos a que por supuesto nuestro pequeño se merecía su tan esperado Pop it. 



... resulta que en grabar todos los momentos no soy tan buena como pensaba. 

12/13/2021

¡La libertad de las titis!

 Lo que más me gusta de la palabra "titi" (que casi no utilizo pero me gustó para el título de la entrada del blog)...


Cuando era pre-adolescente una de las cosas que más me emocionaban era que me crecieran los senos. Las blusas con escote, lo lindo de los bra, etc. hacían que realmente quisiera tener senos desarrollados para poder utilizar cosas lindas y que veía estaban muy a la moda. 

Comienzo contando eso, ya que me parece importante establecer lo mucho que me emocionaba esa situación y, también, el que no sabía mucho respecto a lo que el crecimiento de senos implicaba. 

Alrededor de los 10 u 11 años, comencé a notar el tan esperado cambio en mi cuerpo, sin embargo, este se presentaba acompañado de incomodidad (ya que la piel en donde se estaban desarrollando picaba) y, en lugar de los perfectos senos redondos y perfectos (tal como en las revistas y televisión) eran pequeños y no tan lindos como yo esperaba.  Obviamente, entendía que todo era un proceso y que a penas estaba comenzando con el desarrollo de lo que sería mi "cuerpo final" que esperaba fuera como lo había soñado.

Hasta ese entonces yo no veía necesario utilizar tops o ningún tipo de bra si iba a lugares cercanos a mi casa (como la tienda a media cuadra) ya que mi pecho era como cualquier otro, sin embargo, con los cambios en los que me encontraba comencé a sentir la necesidad de que si iba a una cuadra o más de distancia necesitaba imperiosamente utilizar algo para tapar mis pequeños senos en desarrollo. 

Un día, mi mamá nos pidió a mi hermano y a mi que la acompañáramos a la tienda, había dicho que sería algo rápido y cercano, por lo que no me puse un bra. Recuerdo perfectamente que llevaba una camiseta blanca con un dibujo de una ancla azul, acompañada de un short blanco también, que hacía juego. Medio incómoda, pero apresurada por las indicaciones de mi mamá, salí de la casa. 

Cuál sería mi sorpresa al saber que esa salida no sería ni rápida ni cercana, pues resulta que terminamos caminando hacia mi primaria (a casi 1 km de distancia) ya que mi mamá tenía que hablar con quien sabe quién. Lo peor no era eso, sino que justo era el día de la clausura de sexto grado (yo iba en quinto y como mi salón había bailado en mayo no nos tocaba llegar a la clausura) y el niño que me gustaba estaba en un salón al que le tocó llegar, por lo que la incomodidad que ya de por sí sentía fue multiplicada por diez. 

Tengo muy claro ese recuerdo, ya que desde entonces cada vez que iba a la tienda (aunque fuera a la más cercana) tenía que utilizar un bra o algo, mínimo doble camiseta. 

Los años pasaron, de pronto, y gracias a un regalo de mi madrina, me encontré con que entre mi ropa interior tenía un bra muy muy delgadito, así que cuando estaba en el bachillerato y noté que el pezón se marcaba en mi uniforme dejé de ponérmelo ya que no era algo que quisiera que se marcara (¿qué clase de persona sería con mis senos tan expuestos?).

En la universidad hubo un ligero cambio, pasaba demasiado tiempo en la escuela como para andar "aguantando" que las varillas del bra quisieran matarme y lo lograran, así que si llevaba una blusa con suficientes piedritas o estoperoles que lograran que, si por algún motivo se me marcaba, el pezón se "difuminara" con los adornos de la playera, entonces y solo entonces podía quitarme el bra en el baño y andar solo con dicha playera. 

Hoy todo es diferente, hace algún tiempo comenzó el movimiento "Free the nipple" y me hizo reflexionar acerca de muchas cosas... yo nunca he tenido problemas en andar sin bra en mi casa, ya que es lo más cómodo (sobretodo por el clima en el que vivo), pero salir así a la calle era un problema. Desde hace no más de dos años, me he dado cuenta de lo mucho que me incomodaba, a veces, utilizar el bra y lo poco necesario que realmente es. 

Así que el primer paso fue comprar cubre pezones, y fue como aprender a andar en bicicleta, poco a poco me fui sintiendo más cómoda con mis senos sin estar en el bra que les diera la forma y ajuste que "deberían tener", así que ahora ya salgo a lugares muy públicos sin estar preocupada en si se marca el pezón o no. 

Todos tenemos pezones (o al menos la gran mayoría), me parece que debemos dejar de verlos como algo tabú, no son órganos reproductores, tampoco es algo de qué avergonzarse ni mucho menos, y sigo sin entender el por qué las mujeres nos vemos presionadas a utilizar prendas de vestir que pueden resultar tan incómodas como el brassiere (que además debemos cuidar de no mostrar, pero ese es otro tema). 

En fin, todo esto lo escribo ya que me gustaría poder decirle a mi yo de 10 u 11 años que no hay de qué sentirse mal, que su cuerpo es bellísimo y que casi todo lo que ve en revistas y televisión no es real.




... es que me recuerda al hermoso Ami.