12/13/2021

¡La libertad de las titis!

 Lo que más me gusta de la palabra "titi" (que casi no utilizo pero me gustó para el título de la entrada del blog)...


Cuando era pre-adolescente una de las cosas que más me emocionaban era que me crecieran los senos. Las blusas con escote, lo lindo de los bra, etc. hacían que realmente quisiera tener senos desarrollados para poder utilizar cosas lindas y que veía estaban muy a la moda. 

Comienzo contando eso, ya que me parece importante establecer lo mucho que me emocionaba esa situación y, también, el que no sabía mucho respecto a lo que el crecimiento de senos implicaba. 

Alrededor de los 10 u 11 años, comencé a notar el tan esperado cambio en mi cuerpo, sin embargo, este se presentaba acompañado de incomodidad (ya que la piel en donde se estaban desarrollando picaba) y, en lugar de los perfectos senos redondos y perfectos (tal como en las revistas y televisión) eran pequeños y no tan lindos como yo esperaba.  Obviamente, entendía que todo era un proceso y que a penas estaba comenzando con el desarrollo de lo que sería mi "cuerpo final" que esperaba fuera como lo había soñado.

Hasta ese entonces yo no veía necesario utilizar tops o ningún tipo de bra si iba a lugares cercanos a mi casa (como la tienda a media cuadra) ya que mi pecho era como cualquier otro, sin embargo, con los cambios en los que me encontraba comencé a sentir la necesidad de que si iba a una cuadra o más de distancia necesitaba imperiosamente utilizar algo para tapar mis pequeños senos en desarrollo. 

Un día, mi mamá nos pidió a mi hermano y a mi que la acompañáramos a la tienda, había dicho que sería algo rápido y cercano, por lo que no me puse un bra. Recuerdo perfectamente que llevaba una camiseta blanca con un dibujo de una ancla azul, acompañada de un short blanco también, que hacía juego. Medio incómoda, pero apresurada por las indicaciones de mi mamá, salí de la casa. 

Cuál sería mi sorpresa al saber que esa salida no sería ni rápida ni cercana, pues resulta que terminamos caminando hacia mi primaria (a casi 1 km de distancia) ya que mi mamá tenía que hablar con quien sabe quién. Lo peor no era eso, sino que justo era el día de la clausura de sexto grado (yo iba en quinto y como mi salón había bailado en mayo no nos tocaba llegar a la clausura) y el niño que me gustaba estaba en un salón al que le tocó llegar, por lo que la incomodidad que ya de por sí sentía fue multiplicada por diez. 

Tengo muy claro ese recuerdo, ya que desde entonces cada vez que iba a la tienda (aunque fuera a la más cercana) tenía que utilizar un bra o algo, mínimo doble camiseta. 

Los años pasaron, de pronto, y gracias a un regalo de mi madrina, me encontré con que entre mi ropa interior tenía un bra muy muy delgadito, así que cuando estaba en el bachillerato y noté que el pezón se marcaba en mi uniforme dejé de ponérmelo ya que no era algo que quisiera que se marcara (¿qué clase de persona sería con mis senos tan expuestos?).

En la universidad hubo un ligero cambio, pasaba demasiado tiempo en la escuela como para andar "aguantando" que las varillas del bra quisieran matarme y lo lograran, así que si llevaba una blusa con suficientes piedritas o estoperoles que lograran que, si por algún motivo se me marcaba, el pezón se "difuminara" con los adornos de la playera, entonces y solo entonces podía quitarme el bra en el baño y andar solo con dicha playera. 

Hoy todo es diferente, hace algún tiempo comenzó el movimiento "Free the nipple" y me hizo reflexionar acerca de muchas cosas... yo nunca he tenido problemas en andar sin bra en mi casa, ya que es lo más cómodo (sobretodo por el clima en el que vivo), pero salir así a la calle era un problema. Desde hace no más de dos años, me he dado cuenta de lo mucho que me incomodaba, a veces, utilizar el bra y lo poco necesario que realmente es. 

Así que el primer paso fue comprar cubre pezones, y fue como aprender a andar en bicicleta, poco a poco me fui sintiendo más cómoda con mis senos sin estar en el bra que les diera la forma y ajuste que "deberían tener", así que ahora ya salgo a lugares muy públicos sin estar preocupada en si se marca el pezón o no. 

Todos tenemos pezones (o al menos la gran mayoría), me parece que debemos dejar de verlos como algo tabú, no son órganos reproductores, tampoco es algo de qué avergonzarse ni mucho menos, y sigo sin entender el por qué las mujeres nos vemos presionadas a utilizar prendas de vestir que pueden resultar tan incómodas como el brassiere (que además debemos cuidar de no mostrar, pero ese es otro tema). 

En fin, todo esto lo escribo ya que me gustaría poder decirle a mi yo de 10 u 11 años que no hay de qué sentirse mal, que su cuerpo es bellísimo y que casi todo lo que ve en revistas y televisión no es real.




... es que me recuerda al hermoso Ami. 

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