Al fin llegó el sábado, un día que no fue tal como lo había planeado (sino no estaría solita en el cuarto :( ), me desperté temprano... cosa muy rara en mi, pero las mariposas nerviosas en mi estómago no me dejaban descansar, entonces mejor bajé a intentar desayunar pero tampoco sentía que podía comer bien... en ningún momento cruzó por mi mente el no querer ponérmelo, era más el miedo al dolor que siempre he tenido, el pensar ¿y si lloro?, ¿y si me desmayo?... tantos videos en youtube de chavas que lloran como que trauman.
Al pasar el día (que por cierto casi todo fue de leer, platicar con mamá, hacerle cariñitos a Panza (el gato)) me corté con un rastrillo y luego con una lata de leche condensada (no me juzguen!!) y sólo imaginaba lo que me habían dicho, que tatuarte duele como si te cortaras muchas veces con una navajita xD.
Llegó la hora, llegaron mi hermanita y mi novio para acompañarme y después de esperar un rato, escoger la tipografía y todo comenzaron a hacer mi tatuaje... lo único que pensé es que si aguantaba la primera línea lo demás sería fácil y sí, así fue, aunque debo admitir que al final hubieron partecitas que si dolieron un poco (pero nada comparado a lo que me esperaba) se siente más la vibración que el dolor en sí.
Espero que los 15 días se pasen volando... lo que si lamento es que no podré tomar vodka con juguito el día del cumpleaños de papá xD y que mañana no comeré botana solo porque será de puerco, pero bueno, todo vale la pena.
... y entonces al fin estaba ahí.
Chio Ovilla
Día 1
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