11/02/2011

Cosas especiales?

Un día, Azul se despertó y creyó que seria un buen día, porque comería de sus chocolates favoritos, hace poco había encontrado unos que estaban rellenos de diferentes sabores habían de fresa, cereza, menta y vainilla, también de rompope, cacahuate, caramelo y malvavisco, todos ellos le encantaban, pero no podía comprarlos todos así que tuvo que escoger dos sabores, ya que eran unos chocolates carisimos.

Iba muy feliz caminando con sus dos chocolates y pensó en ir a un parque a comerlos, ya que eran muy especiales para ella, se sentó en el kiosco del parque y vio como todos se veían ocupados a su alrededor, notó como las personas caminaban de un lado a otro, ni siquiera se veían, iban hablando por teléfono, mandando mensajes, escuchando música, pensando en que ya era tarde.

De pronto, de entre la gente vio que alguien caminaba hacia ella, y cuando estaba un poco mas cerca pudo reconocerlo, era Rojo, vio como venía sonriendo porque la había visto, ella se puso muy feliz de tener a alguien con quien compartir un momento especial y algo tan rico como sus chocolates, sabía que a Rojo le gustarían muchísimo y se lamentó por no tener más dinero para comprar otros sabores también.

Rojo se sentó a su lado y comenzaron a hablar de muchas cosas, de las personas bobas que no tenían tiempo ni de ver lo que hay a su alrededor, de los pájaros que a pesar de lo contaminado del mundo seguían volando, del clima, de los colores, de lo extraño que eran los nombres de todos los demás (Pff ¿quién en su sano juicio le puede poner a sus hijos Roberto, Martha o Sofía?).

Y llegó el momento esperado, Azul le preguntó a Rojo si alguna vez había probado unos chocolates riquísimos que vendían en la tienda cercana al parque, el dijo que no, entonces ella sacó los chocolates

-Escoge cual quieres... ¿uno o dos?, es que son de diferentes sabores.- Azul quería que se quedaran el resto del día juntos, que comieran los chocolates mientras se divertían, que fuera tan especial para él como para ella.

Estiró la mano con el chocolate elegido para que Rojo lo agarrara, él lo tomó, dio las gracias y comenzó a caminar como las personas bobas que no tenían tiempo ni de ver lo que hay a su alrededor...

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