Cuando tenía 6 o 7 años comencé a reflexionar en la muerte, por supuesto que sabía que las personas mueren, lo había visto infinidad de veces en telenovelas, series, películas, incluso en algunas caricaturas. Sin embargo, cuando hablo de reflexionar sobre la muerte me refiero a la muerte de mis seres cercanos, en particular de mi mamá y mi papá.
En ese entonces, la muerte de mis padres me parecía algo inimaginable, me imaginaba que cuando llegara ese momento estaría tan destrozada emocionalmente que ya no volvería a ser feliz.
A esa edad tuve una de mis primeras "crisis", en donde a partir de algo imaginario lloraba todos los días, no podía escuchar la palabra "muerte", es más, no podía escuchar canciones tristes. Por supuesto mi cassette de "Amigos x Siempre" sufría las consecuencias ya que tenía que adelantar la canción "Pasó pasó" que relacionaba con el tema.
Poco a poco fui superando dicha situación, la muerte me parece parte de la vida (y en muchas ocasiones como fin del sufrimiento de una enfermedad, etc. Por tanto escuchar el "está en algún lugar mejor". Esto a pesar de que yo creo en la "nada" después de la muerte ).
Pero ahora, a mis 32 años me enfrento al ser madre... y Abelito tiene 6 años (la edad en la que comienza esta historia). El otro día abordó el tema conmigo.
Todo comenzó cuando estábamos en el cuarto y de la nada comenzó a decirme "Oye mamá, ¿Sabes qué va a pasar cuando termine la primaria?... iré a la secundaria, luego a la prepa, luego a la universidad, luego a la maestría y luego (...)", aquí él mencionó algo que no entendí bien pero a eso le siguió llanto. Yo me saqué de onda ya que me pareció escuchar la palabra "muerte", así que le pregunté que qué había dicho (en un primer momento creí que había dicho que moriría y estaba preparando mi speech al respecto) y él contestó "tú te vas a morir y yo voy a estar muy triste".
Por supuesto, sus palabras me causaron ternura, sin embargo, con toda la calma le recordé que su bisabuela murió a penas el año pasado y que su tita (mi mamá) aún está viva y ya es "viejita", al parecer eso lo tranquilizó. Imaginarse mi muerte cuando él sea viejito le parecía mejor opción que imaginarla recién graduado.
Luego, esperé a ver si quería seguir la conversación por ese rumbo, pero entonces me dijo notablemente más tranquilo "ok, entonces después de graduarme comenzaré a buscar una esposa y me casaré así como papá y tú".
... sobretodo aquellos que, como la muerte, realmente forman parte de vivir.