Hace casi un mes salí de mi casa con una maleta hecha en media hora, llena de emoción, ansiedad, nervios, grandes expectativas y grandes temores también. Al fin después de años soñando con vivir en un lugar diferente lo logré, aunque con el colchón de estar segura que sería durante poco tiempo y que obviamente regresaría a mi casa.
Aunque siempre he escuchado que cuando sales de casa maduras y creía que era pura tontería, ahora creo que es cierto. Los primeros dos días fueron bastante difíciles, sobre todo por mis hormonas que hacían extrañara mucho más a mi mamá, pero después todo se fue calmando.
También hubieron días y noches complicadas, en las que el cansancio y el estrés hacen que todo se vea más negro de lo que en realidad es.
Hoy estoy segura de algo, he tenido la oportunidad de convivir mucho más con personas maravillosas a quienes ya siento como parte de mi familia y espero lo sean en un futuro; me he dado cuenta de lo mucho que amo ser comunicóloga, de lo importante que es estar preparado (y lo estoy) y de que nada habla más de ti que tu trabajo; que habrán quienes obtengan las cosas sin merecerlas pero que estoy segura de que tarde o temprano todo se acomoda; además de que hay personas a las que les gusta lo que hago y eso es muy importante para mí, ya que me parece no hay nada mejor que se valore lo que haces; y por supuesto, de que tengo a mi lado al hombre perfecto para mi, quien se preocupa y está conmigo en las buenas y malas, los momentos de estrés y los momentos de relajación, además de alguien que sé siempre está apoyándome.
Ya casi se termina la aventura y me pregunto qué es lo que se acerca en el futuro, espero y estoy segura de que serán cosas muy buenas que me harán seguir creciendo como persona.
...y he aprendido tantas cosas.
Chio Ovilla